miércoles, 12 de diciembre de 2012




 para mí se da en la interacción entre los tres elementos principales, los alumnos, el objeto de conocimiento y el docente como mediador entre ambos, donde el alumno, sujeto de aprendizaje, es considerado como tal y  no como una tabula rasa, donde solo se va llenar de contenidos, sino como quien puede reflexionar, construir conocimientos nuevo con base en a los ya adquiridos, relacionándolos  con la nueva información, pudiendo modificarlos.
Desde la definición que nos ofrece Fenstermarcher la cual define  a la enseñanza como un proceso, en el cual  “debe haber al menos dos personas, una de las cuales posee cierto conocimiento, habilidad u otra forma de contenido, mientras que la otra no lo posee y el poseedor intenta transmitir el contenido al que carece de él, llegando así al establecimiento de una relación entre ambos, con ese propósito” (1989: p.151).
Aprendizaje, es la apropiación reflexiva de conocimientos nuevos integrados a los esquemas ya existentes para ser modificados cuando el sujeto lo considere necesario.
Pichón define al aprendizaje como apropiación instrumental -por el conocimiento- de la realidad, para
transformarla. La apropiación significa una forma de relación entre lo que se conoce como realidad objetiva y lo subjetivo. La relación entre subjetividad y realidad objetiva -aquella que existe con independencia de cualquier conciencia cognoscente- está nuevamente en debate en las teorías epistemológicas y concepciones del conocimiento, como lo ha estado a lo largo de milenios en el pensamiento filosófico occidental. La posición de Pichón, fundada en la dialéctica materialista, está distante y en polémica con el constructivismo hoy hegemónico, particularmente en los ámbitos académicos y educativos. El sujeto, desde la teoría pichoniana, es actor, protagonista de la historia, pero no “construye” la realidad. Elabora, si, una visión de esa realidad. Es sujeto activo, cognoscente en tanto aprehende rasgos de esta complejidad que es lo real.
Este autor explica que muchas veces se confunde este concepto, pues se lo relaciona  directamente con el aprendizaje, pues el docente puede tener las mejores intenciones de enseñar, pero del otro lado no siempre se produce el aprendizaje debido a que estas dos prácticas no son procesos causales.
No es una relación de tipo causal que permita asumir que lo primero conduce necesariamente a lo segundo.
Sin duda, la idea de causalidad entre enseñanza y aprendizaje dominan el sentido común y resulta operativo aun en quienes tienen acceso a una reflexión pedagógica especializada. Lleva a pensar estos dos procesos como si fueran << las dos caras de una misma moneda >>  es decir, fases inseparables de un fenómeno único”. ( Laura Basabe y Estela Cols- Pág. 127-La Enseñanza).
Metiéndome de lleno en la concepción de enseñanza y de aprendizaje, me parece importante rescatar que aunque no exista según Fentermarcher, una relación causal entre enseñanza y aprendizaje sino que existe una relación ontológica, entre estos como docente debo crear condiciones de posibilidad para que el estudiante se apropie de un conocimiento.  .
Como dice Ausubel “el exponente directo del aprendizaje significativo, rescata que los destinatarios del material a trabajar puedan comprenderlo desde la estructura cognitiva que posee, El material debe permitirle al alumno relacionar lo nuevo con lo que ya sabe, dándole nuevos significados a la relación la cual modifica tanto la información que se incorpora como la estructura cognitiva”.
Esto lograría un aprendizaje significativo, donde el alumno asimila el nuevo conocimiento con el conocimiento que ya posee, aquí entra en juego “la motivación” del alumno para lograr un aprendizaje significativo, el alumno debe sentirse motivado, lo orienta hacia el logro de metas académicas y profesionales futuras, también puede estar motivado por el impulso afiliativo, donde desea que su mérito sea reconocido por la familia, o puede estar motivado por su impulso cognitivo, aquí el alumno muestra curiosidad por aprender y adquirir conocimientos para resolver problemas”.(David Ausubel, 1973-p.38).

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